domingo, 25 de noviembre de 2012

600 Jefes de servicio en total desacuerdo con el plan de privatización de la Sanidad

Cerca de 600 jefes de servicio de veinte hospitales públicos de la Comunidad de Madrid han expresado, mediante una carta al consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, su "desacuerdo total" con el plan de medidas para "privatizar" los centros sanitarios.

En la misiva, los jefes de servicio manifiestan su descontento a Lasquetty por el "cambio radical del modelo de gestión" que se está llevando a cabo en los centros sanitarios de la Comunidad, al amparo del plan de medidas de sostenibilidad del sistema.

Los facultativos entienden que este proyecto "no presenta ninguna garantía real de ahorro para los ciudadanos" y que, además, "hay razones para pensar que puede conducir a una falta de equidad en el acceso a las prestaciones sanitarias de los pacientes".

En la carta aseguran haber hecho un análisis desde la "responsabilidad y el compromiso" con el sistema sanitario público, al tiempo que se ofrecen como "interlocutores naturales para abordar el problema de la disminución de la financiación".

'Efectividad, en duda'

Los responsables de los hospitales madrileños consideran que debería haberse tenido algún contacto previo tanto con los ciudadanos como con los profesionales implicados.

Defienden asimismo que los hospitales que van a "privatizarse" han demostrado "excelentes resultados en términos de calidad asistencial y eficiencia".

"El cambio radical de modelo de gestión no presenta ninguna garantía de ahorro real para los ciudadanos", aseguran los doctores.

En el texto hacen hincapié en que este proyecto solo puede y debe llevarse a cabo dentro del sistema público actual con la colaboración de todos los partícipes de este servicio público.

"Tenemos todas las razones para mantener dudas sobre la efectividad de esta medida, que nos parece aventurada, por incierta y arriesgada", concluye.

La carta es el resultado de una reunión en la que los responsables de los servicios médicos de los hospitales analizaron la situación que derivaría de la implantación de dicho plan.

Guía para mantener la belleza a pesar del cáncer

La primera premisa es salvar la vida. Pero sin perder de vista este objetivo primordial, muchos pacientes piden prestar atención a esos otros aspectos que va destruyendo el cáncer, una enfermedad que afecta a todos los ámbitos de la persona y que si no se atienden pueden significar un importante trastorno para el paciente.

Así lo comentaba en rueda de prensa la periodista Concha García Campoy, que tras anunciar en enero de este año que padecía leucemia, actualmente se encuentra recuperándose de un trasplante de médula ósea y esperando volver a la televisión el próximo enero. "Los tratamientos contra el cáncer son muy agresivos y afectan especialmente a la piel. Los cambios que se van produciendo día a día, con la caída del cabello, de las pestañas, las arrugas o las manchas hacen que vayas perdiendo tu propia identidad, que cada vez te reconozcas menos en el espejo", decía tras su experiencia.

"De ahí, la importancia de que médicos y pacientes estén informados de cómo afrontar estos cambios y poder remediarlos. Puede que suene frívolo, pero el aspecto estético es fundamental para la recuperación del cáncer", afirmó tajante la presentadora.

Por ello, la Asociación Española contra el Cáncer de Madrid (AECC), el Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) y la Asociación Española contra el Cáncer Cutáneo (SEOM) entre otros han presentado, en el marco del XX Congreso Internacional Cosmoderm, 'El cáncer y la piel: guía de cuidados dermatológicos del paciente oncológico', una guía "muy completa que explica a médicos y pacientes los cambios que se producen en la piel por los distintos tipos de cáncer, así como una serie de recomendaciones para hacerles frente", señaló el doctor Pedro Jaén, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Para Campoy, este libro "supone una gran ayuda y un consuelo para las pacientes ya que una vez que has encajado que tienes un cáncer, lo siguiente es querer sintiéndote deseable, seguir siendo tú. En mi caso, asaltaba a mis médicos con preguntas sobre cuidados estéticos y muchas veces me miraban con cierto descreimiento como diciendo 'te has salvado la vida, eso no tiene importancia', pero sí la tiene", insiste. Verse físicamente bien "te da una seguridad que psicológicamente es fundamental y ponerse la meta de que superado el cáncer tu cuerpo y tu piel va a volver al 100% es un objetivo que nos tenemos que proponer porque con ese ánimo, si no es un 100% será un 90%, pero siempre el cambio será mejor".

"Los cambios físicos repercuten en el estado de ánimo, especialmente de la paciente oncológica, aunque cada vez más los hombres también se preocupan de su aspecto. El que al cáncer no se le sume una depresión cuando sufres estos cambios es trabajo de todos y en primer lugar de los médicos, que tenemos que saber informar a nuestras pacientes, por lo que aquí radica la importancia de esta guía", explica el doctor Jaén, que también ha subrayado que va dirigida a los facultativos.

"Como ejemplo, en mi hospital ya contamos con unidades específicas donde explicamos cómo maquillarse, qué cremas utilizar y cómo, que ayudan a la paciente a no verlo todo negativo. Hace cinco años una unidad así era impensable, por lo que creo que los médicos cada vez estamos más concienciados de estos problemas y estamos dando más pasos en la buena dirección. Normalmente, para curarnos en salud, los médicos somos muy dados a prohibir todo, pero esto no favorece al paciente", ha apuntado.

'El cáncer y la piel' se podrá encontrar en 27 hospitales de Madrid, aunque en breve, la Asociación Española contra el Cáncer ya ha anunciado que la colgará íntegra en su web.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Crisis también en el sexo

Primero fueron los bancos, después la prima de riesgo, el IVA, las privatizaciones y, ahora, la vida sexual de los españoles. Ésta también se ha visto afectada por la situación económica, a juzgar por los datos del Estudio Europeo sobre Satisfacción Sexual 2012, realizado por Pfizer, cuyos resultados reflejan cómo la difícil situación financiera también está interfiriendo en este aspecto.

Un tercio de los españoles (34%) afirma que la preocupación actual por la situación económica de España ha repercutido sobre su libido y deseo sexual. Pese a ello, los españoles mantienen relaciones sexuales cerca de dos veces por semana, con un promedio de duración por cada relación sexual de 20 minutos, una cifra ligeramente superior a la media europea y sólo por detrás de los italianos que se sitúan a la cabeza del ranking.

Sin embargo, los datos son peores que los que ofrecía esta misma encuesta en 2010. Si por aquel entonces, cuando la crisis aún no mostraba su peor cara, los españoles dedicaban una media de dos horas semanales a las relaciones sexuales, este año, la cifra se ha visto reducida a tan sólo una media de 34 minutos a la semana.

"Las estadísticas confirman lo que intuíamos ya los sexólogos clínicos: cuando una persona tiene problemas o conflictos internos y externos como por ejemplo, no tener ingresos, estar en paro o tener miedo a que puedan despedirte, todas estas preocupaciones repercuten sin duda en su deseo y en su estado de ánimo, disminuyendo la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales. Según otro estudio, debido a la crisis económica cuatro de cada 10 parejas españolas tienen problemas añadidos por este motivo", asegura el doctor Vicente Bataller, sexólogo, psicoterapeuta y presidente de Sexólogos Sin Fronteras.

Parte muy importante de la vida

En cualquier caso, los españoles consideran el sexo como una parte significativa de su vida que les ayuda a mejorar su estado de ánimo, sobre todo en épocas de estrés. De hecho, los resultados del estudio ponen de manifiesto que la gran mayoría de los españoles quiere que el tiempo dedicado a las relaciones sexuales sea lo más satisfactorio posible. Así, el 96% de los encuestados considera importante la satisfacción sexual y la buena calidad de las relaciones sexuales y a un 82% les gustaría mejorar su vida sexual, el porcentaje más alto de toda Europa (casi 20 puntos por encima de la media), algo que, en opinión del experto, estaría relacionado con la falta de educación sexual existente en nuestro país.

Más datos avalan que la crisis no es sólo económica, y es que las respuestas obtenidas sugieren que la vida sexual de las personas pertenecientes a los países económicamente más inestables se ve más afectada. Así, una quinta parte (21%) de los participantes italianos dice que la situación económica ha repercutido en su deseo sexual o capacidad de llevar una vida sexual satisfactoria, frente al 11% de la población sueca y al 9% de las personas de Alemania y Reino Unido.

Aumentan los problemas de erección

Siguiendo con la encuesta, se revela que "el 68% de los españoles reconoce que le gustaría tener erecciones más duras", un porcentaje muy por encima del promedio europeo (47%). En lo que sí coincidimos con nuestros vecinos es en considerar un factor importante para una vida sexual satisfactoria la calidad de la dureza en la erección (87% de media).

Para lograrlo el doctor Bataller apunta que el encuentro sexual no debe plantearse como un "examen o una prueba a superar puesto que si no, los problemas erectivos en varones jóvenes se darán con mayor incidencia". Además, añade, "la ansiedad y el estrés ante la ejecución sexual son malos compañeros de viaje para una erección satisfactoria en todos los varones, independientemente de su edad".

De hecho, la cifra de hombres de entre 30 y 40 años que ya plantean el problema de la erección ha aumentado, tal y como se ha dicho en el pasado Congreso Nacional de Urología, donde se puso de manifiesto un descenso de la edad media de los pacientes que presentan problemas de erección.

Pinocho no miente

Aunque no le crezca como a Pinocho, cuando usted dice una mentira, su nariz no permanece impasible. Según acaban de demostrar científicos de la Universidad de Granada, la temperatura de la punta de la nariz cambia cuando decimos una mentirijilla.

Según han observado Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López mediante termografía, del departamento de Psicología Experimental, si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz; mientras que ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial.

Este llamado 'efecto Pinocho' indica que la temperatura de la punta de la nariz aumenta o disminuye según nuestro estado de ánimo, como también cambia la temperatura en la zona del músculo orbital, en la esquina interna del ojo.

Esta investigación forma parte de una tesis doctoral que se defendió ayer en la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. Parte de los resultados de la tesis han sido publicados en revistas científicas, mientras que otros aún no.

Un patrón de temperatura

La termografía es una técnica basada en la detección de la temperatura de los cuerpos que se aplica a multitud de áreas como la industria, la construcción o la medicina. Las cámaras termográficas se emplean para cuestiones tan distintas como medir con exactitud la pérdida de energía de los edificios, o como indicador de enfermedades respiratorias en animales bovinos o de la rabia en mapaches. En el siglo XX, la termografía experimentó su mayor desarrollo tras la Segunda Guerra Mundial, con el impulso de las investigaciones militares para detectar al enemigo (visión nocturna) que llevaban a cabo en el ejército de Estados Unidos.

Según los investigadores granadinos, gracias a la termografía es posible detectar el deseo y la excitación sexual tanto masculina como femenina, ya que se produce un aumento de la temperatura local en la zona pectoral y en la zona genital. Su trabajo ha demostrado que, a nivel fisiológico, hombres y mujeres se excitan en el mismo tiempo, aunque subjetivamente las mujeres indiquen no estarlo o estarlo menos.

Los científicos han descubierto también que, ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales.

Así, cuando mentimos sobre nuestros sentimientos, estos cambios térmicos se producen en la nariz, y se activa en el cerebro una estructura denominada ínsula, que forma parte del sistema de recompensa cerebral si hay sentimientos reales (llamados 'cualias'), pero no se activa cuando no los hay.

"La ínsula interviene en la detección y regulación de la temperatura corporal, de manera que hay una gran correlación negativa entre la actividad de esta estructura y la magnitud del cambio térmico: a más actividad de la ínsula (a mayor sentimiento visceral), menor cambio térmico se produce, y viceversa", destacan los investigadores en una nota de prensa.

La huella térmica del flamenco

También han obtenido huellas térmicas (esto es, patrones corporales de cambio de temperatura específicos) del ejercicio aeróbico y de distintos tipos de baile, como el ballet. "Cuando una persona baila flamenco -explica Elvira Salazar-, desciende la temperatura de los glúteos y aumenta la de los antebrazos. Esta es la huella térmica del flamenco, aunque cada tipo de danza tiene su propia huella".

Los científicos han demostrado que la detección de asimetrías de temperatura corporal entre ambos lados del cuerpo y de cambios locales de la temperatura (subidas y bajadas en torno a un grado) se relaciona, además de con el estado físico, con el estado mental y emocional de la persona. "En este sentido, el termograma nos da un marcador somático de estados subjetivos o mentales, y nos permite ver lo que la persona siente o piensa", señala Salazar.

viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Por qué se tira la toalla en la infertilidad?

El porcentaje es bajo, pero todos los especialistas en reproducción asistida saben que es un fenómeno común. Se trata de parejas que, tras haber intentado durante un tiempo tener hijos mediante la reproducción asistida deciden, un día, tirar la toalla. No se trata de quienes optan por no tener hijos cuando el especialista les dice que la Ciencia no puede hacer más por ellos o de los que prefieren no procrear y optar por la donación de ovocitos o esperma o la adopción. Este fenómeno afecta a personas que, teniendo alternativas de ayuda por parte de la medicina reproductiva y habiendo ya empezado el proceso deciden, un buen día, dejarlo.

La revista 'Human Reproduction' publica en su última edición un original estudio que demuestra que, más allá del cansancio físico por los tratamientos, la familia y el entorno social son factores muy importantes a la hora de decidir abandonar un tratamiento de fertilidad.

Como explican los autores, de la Universidad de Cardiff y el Hospital Universitario de Copenhague, hasta ahora se sabía que los pacientes de infertilidad podían sufrir psicológica, física y económicamente como consecuencia de la infertilidad y su tratamiento. Estudios anteriores habían demostrado que este tipo de presiones incrementaban la posibilidad de optar por finalizar el tratamiento antes de que se agotaran las opciones terapéuticas pero, ¿podían influir también las relaciones sociales?

A esa pregunta es a la que pretendieron responder los investigadores con su estudio, en el que participaron 777 pacientes (427 mujeres y 350 hombres) que estaban intentando tener hijos y no lo habían conseguido durante el primer año.

Tras esos primeros 12 meses de intento en el que las mujeres se sometieron a una media de 2,6 fecundaciones in vitro (FIV), optaron por dejar de intentarlo el 23% de los participantes. Las razones, demuestra el estudio, varían según el sexo. Para las mujeres es el poco apoyo familiar el factor más determinante. Para los hombres, no poder hablar con su pareja sobre sus problemas de infertilidad (cuando es el varón el responsable del problema).

Además, mientras que a los hombres parece no importarles contar con el apoyo de sus amistades, en el caso de las mujeres este es un factor determinante a la hora de continuar con los tratamientos.

En conclusión, el estudio demuestra que la interacción social con los miembros de la familia así como con la propia pareja, son predictores significativos para decidir terminar con el tratamiento antes de que se agoten las opciones de la medicina reproductiva. Tanto entre hombres como entre mujeres, niveles bajos de apoyo social también influyen en la finalización de los tratamientos, así como en el incremento de la frecuencia de conflictos dentro de la pareja.

Por esta razón, los autores concluyen que, a la hora de iniciar un tratamiento de este tipo, el personal de las clínicas de fertilidad debe de saber las relaciones que mantiene la pareja tanto entre ellos como con sus familiares y amigos.

Crisis también en el sexo

Primero fueron los bancos, después la prima de riesgo, el IVA, las privatizaciones y, ahora, la vida sexual de los españoles. Ésta también se ha visto afectada por la situación económica, a juzgar por los datos del Estudio Europeo sobre Satisfacción Sexual 2012, realizado por Pfizer, cuyos resultados reflejan cómo la difícil situación financiera también está interfiriendo en este aspecto.

Un tercio de los españoles (34%) afirma que la preocupación actual por la situación económica de España ha repercutido sobre su libido y deseo sexual. Pese a ello, los españoles mantienen relaciones sexuales cerca de dos veces por semana, con un promedio de duración por cada relación sexual de 20 minutos, una cifra ligeramente superior a la media europea y sólo por detrás de los italianos que se sitúan a la cabeza del ranking.

Sin embargo, los datos son peores que los que ofrecía esta misma encuesta en 2010. Si por aquel entonces, cuando la crisis aún no mostraba su peor cara, los españoles dedicaban una media de dos horas semanales a las relaciones sexuales, este año, la cifra se ha visto reducida a tan sólo una media de 34 minutos a la semana.

"Las estadísticas confirman lo que intuíamos ya los sexólogos clínicos: cuando una persona tiene problemas o conflictos internos y externos como por ejemplo, no tener ingresos, estar en paro o tener miedo a que puedan despedirte, todas estas preocupaciones repercuten sin duda en su deseo y en su estado de ánimo, disminuyendo la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales. Según otro estudio, debido a la crisis económica cuatro de cada 10 parejas españolas tienen problemas añadidos por este motivo", asegura el doctor Vicente Bataller, sexólogo, psicoterapeuta y presidente de Sexólogos Sin Fronteras.

Parte muy importante de la vida

En cualquier caso, los españoles consideran el sexo como una parte significativa de su vida que les ayuda a mejorar su estado de ánimo, sobre todo en épocas de estrés. De hecho, los resultados del estudio ponen de manifiesto que la gran mayoría de los españoles quiere que el tiempo dedicado a las relaciones sexuales sea lo más satisfactorio posible. Así, el 96% de los encuestados considera importante la satisfacción sexual y la buena calidad de las relaciones sexuales y a un 82% les gustaría mejorar su vida sexual, el porcentaje más alto de toda Europa (casi 20 puntos por encima de la media), algo que, en opinión del experto, estaría relacionado con la falta de educación sexual existente en nuestro país.

Más datos avalan que la crisis no es sólo económica, y es que las respuestas obtenidas sugieren que la vida sexual de las personas pertenecientes a los países económicamente más inestables se ve más afectada. Así, una quinta parte (21%) de los participantes italianos dice que la situación económica ha repercutido en su deseo sexual o capacidad de llevar una vida sexual satisfactoria, frente al 11% de la población sueca y al 9% de las personas de Alemania y Reino Unido.

Aumentan los problemas de erección

Siguiendo con la encuesta, se revela que "el 68% de los españoles reconoce que le gustaría tener erecciones más duras", un porcentaje muy por encima del promedio europeo (47%). En lo que sí coincidimos con nuestros vecinos es en considerar un factor importante para una vida sexual satisfactoria la calidad de la dureza en la erección (87% de media).

Para lograrlo el doctor Bataller apunta que el encuentro sexual no debe plantearse como un "examen o una prueba a superar puesto que si no, los problemas erectivos en varones jóvenes se darán con mayor incidencia". Además, añade, "la ansiedad y el estrés ante la ejecución sexual son malos compañeros de viaje para una erección satisfactoria en todos los varones, independientemente de su edad".

De hecho, la cifra de hombres de entre 30 y 40 años que ya plantean el problema de la erección ha aumentado, tal y como se ha dicho en el pasado Congreso Nacional de Urología, donde se puso de manifiesto un descenso de la edad media de los pacientes que presentan problemas de erección.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Ahorrar infecciones para ahorrar dinero, y mucho

La sociedad no entiende qué significa la infección nosocomial. Es una palabra común entre los médicos pero poco inteligible para los no iniciados. Es el calificativo que recibe la infección que adquiere un paciente después de haber ingresado en un hospital, pero con la peculiaridad de que llegó al centro sanitario sin ella. Cuando se habla de infección hospitalaria el ciudadano cree que es debido a falta de cuidado o de higiene. No es así la mayoría de las veces. La infección nosocomial, como las listas de espera -por ejemplo- es algo que no se podrá erradicar completamente pero que puede disminuir su incidencia. Razones para hacerlo hay muchas, la primera el coste en sufrimiento y vidas que provoca; pero la segunda sería el enorme tamaño de la factura en euros que hay que pagar por ella. Un paciente ingresado es un paciente vulnerable porque muchos de los microbios patógenos que siempre nos rodean puede hacer mella en él.

Cuando se tiene un catéter en una vena, una sonda en el interior de la vejiga, un tubo en la tráquea conectado a un respirador artificial, se ha estado sometido a cirugía y han abierto la piel, o los fármacos con los que están tratando una patología determinada han disminuido las defensas, las posibilidades de tener una infección sobreañadida por virus o bacterias se eleva exponencialmente.

El desafío que tiene la medicina con respecto a la infección nosocomial es la de conseguir que su incidencia baje. Y más ahora en tiempos de penuria en los que los recortes en el presupuesto que tienen los hospitales son tan duros.

La semana pasada la Fundación Ciencias de la Salud y la Rafael del Pino organizaron una jornada precisamente sobre el coste económico que tiene la infección nosocomial. Dirigida por el doctor Emilio Bouza -Catedrático de Microbiología y Jefe de Servicio del Hospital Gregorio Marañón de Madrid- la sesión puso al día todas las infecciones nosocomiales que se presentan en nuestros hospitales.

Al final de la misma quedó bastante claro que bajar el porcentaje de estas patologías depende -sobre todo- del buen hacer, y la coordinación, de muchos profesionales sanitarios. Basta con seguir estrictamente los protocolos que ya están validados de muchas intervenciones que se hacen a los pacientes (catéteres, tubos endotraqueales, sondas vesicales, cirugías, terapias antibióticas...) para que el coste en dinero y en complicaciones caiga drásticamente.

Cualquiera que quiera repasar esos consejos lo puede hacer siguiendo este link.